La historia de Gilberto Mora, el joven jugador que ha sido convocado por Javier Aguirre a la Selección Mexicana, es un ejemplo inspirador del poder del fútbol para cambiar vidas. Con apenas 16 años, Mora ya había demostrado su habilidad y talento en el terreno de juego, lo que lo llevó a ser elegido para representar al país en el Mundial Sub-20 Chile 2025.
Pero la pasión por el fútbol no surgió repentinamente en Mora. De hecho, su amor por el balompié tiene raíces profundas en su infancia. “Recuerdo que desde muy pequeño estaba jugando con un balón de papel y una pelota de tenis”, cuenta Mora con una sonrisa. “Mi familia siempre me decía que era muy activo y energético, y el fútbol se convirtió en mi manera de canalizar esa energía”.
Mora dice que su familia descubrió su pasión por el fútbol cuando él tenía apenas 6 años. “Recuerdo que mi padre me compró un balón de plástico y yo lo seguía golpeando con mi pie horas enteras”, recuerda Mora. “Mi hermano mayor también jugaba al fútbol y él fue quien me enseñó los primeros pasos”.
A medida que crecía, Mora se convirtió en un niño obsesionado con el fútbol. Pasaba horas entrenando en la calle, practicando tiros libres y jugando partidos de pickup con amigos. Su familia lo apoyó en todo momento, animándolo a seguir persiguiendo su sueño.
Y entonces, llegó el día en que Mora se unió al Club Toluca, uno de los equipos más grandes de la Liga MX. “Fue un momento increíble”, recuerda Mora. “Sentí que estaba donde quería estar y que tenía una oportunidad real de desarrollar mi talento”.
Ahora, con apenas 16 años, Mora ha sido convocado por Javier Aguirre a la Selección Mexicana para participar en el Mundial Sub-20 Chile 2025. Es un honor que él describe como “un sueño hecho realidad”. “No puedo creer que esté aquí”, dice Mora conmovido. “Es un gran reconocimiento para todo el trabajo y esfuerzo que he hecho hasta ahora”.
A medida que se acerca la competición, Mora está emocionado de tener la oportunidad de representar a su país en una de las más grandes competiciones juveniles del mundo. “Es un gran honor y un gran desafío”, dice Mora. “Voy a dar lo mejor de mí mismo para hacer que México esté orgulloso de mí”.
En última instancia, la historia de Gilberto Mora es un ejemplo inspirador del poder del fútbol para cambiar vidas. Su amor por el balompié surgió desde temprana edad y ha sido apoyado por su familia a lo largo de los años. Ahora, con apenas 16 años, Mora tiene la oportunidad de escribir su propio capítulo en la historia del fútbol mexicano.